La espera
Observo las velas
en el ancho mar.
¿Serás tú?...
No lo dejo de preguntar.
Te extraño,
son muchos meses ya.
En los ojos lágrimas
y en las manos vacío total.
No estamos juntos
desde hace dos primaveras.
Los días se escurren
del calendario sin parar.
Y aquí te espero
en mi lecho blanco.
Con mi pelo recién lavado,
y mi cuerpo hambriento.
Anhelo nuestros paseos,
las manos cogidas.
Tus caricias,
mi alegría.
Y las margaritas
han vuelto a florecer.
Tercera primavera
y tú sin volver.
Los nidos están llenos
de vida otra vez.
Y la gata preñada
se acurruca en mis pies.
Sigo la estela
del barco en el mar.
Sigo esperando
y tú sin llegar.
Se enfría el amor,
pues necesita calor.
Nuestra cama vacía
esperándote está.
Contemplo la luna llena
que rompe mi corazón.
Estrellas, lágrimas,
lamentos, gemidos.
Abandono nuestra playa,
ya no tiene razón.
Y aquí, en la orilla,
renuncio a tanto dolor.
Con la nueva mañana,
alzo de nuevo mis alas.
Vuelo con las mariposas
en el patio de nuestra casa.
Y con las flores del jardín
me hago una corona.
Comienzo el camino
hacía mi nueva verdad.
Reina seré de mi vergel
y nunca más esperaré.
La resignación murió
y la mujer renació.
Ya no lloro
cuando te pienso.
Ya no hay lamentos,
ni quejas, ni sufrimiento.