Sin duda
Muerde el frío
que se adhiere a la piel,
arañando el rostro,
estrujando el cuerpo,
taladrando el alma.
Muere quien no afronta
el temporal sin buscar abrigo.
Quien no enciende su alma,
ni tiene pan que llevar a su boca.
Quien perdió su hogar
y la presión le ahoga.
Muere en vida quien deshonra
el vientre que le dio el ser.
El que atenta contra un semejante
despojándole de su bien.
Quien no abre la boca
para agradecer
cuanto ha recibido
o maldice la hora de su derrota.
Muere el que llora
por los rincones
dejando escapar flujos
de su existencia.
Quien no se atreve a soñar
y dejarse caer,
para levantar el vuelo
como las gaviotas.
Se muere muchas veces
para volver a nacer
y seguir viviendo
antes que la hora final
llegue para borrar
nuestra historia.