Premio Amparo Walls Hernández 2019
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Nuestro Concurso de este año estuvo dedicado a las Biografías y memorias en las que las protagonistas fuesen mujeres.
Recibió el nombre Amparo Walls Hernández por deferencia al patrocinador del mismo que quiso con ello hacer un homenaje a su madre, ya fallecida.
El Jurado hizo pública su decisión, en las fechas previstas para ello, a favor del trabajo presentado por Alicia Contreras y su libro Espejismos en rosa y amarillo, editado por ACTE con Editorial Cursiva.
Alicia nos acompañará en las JCL para recoger su Premio (50 ejemplares de su libro) el sábado 12, a las 18:30 horas de manos del Jurado y de Alberto Omar Walls.
Sobre si misma nos cuenta Alicia Contreras:
«Desde que vi por primera vez a mi padre con un papel en la mano, el negro sobre blanco penetró en mi vida. En cuanto él se sentaba, éramos tres los lectores. Echada sobre sus piernas, la gata se dormía y a mí, el hecho de que me dejara mirar ilustraciones, letras bonitas de inicios de capítulos o mapas, me satisfacía, amén de las explicaciones cuando ya mis añitos “lo permitían”. Su ejemplo me hizo lectora antes de saber leer. Y escritora cuando la vida nos separó por primera vez. Fue el destinatario de la primera carta de amor de mi vida.
Después me atacó la fiebre esa de escribir mi infancia. Como leer y escribir está anclado en mi padre, inmediatamente me acordé de nuestras conversaciones, aquellas que iniciamos para ayudar a mi madre en el sube y baja de las escaleras disparatadas de nuestra casa. En ambas etapas fue la nostalgia la que me impelía a escribir. Una actividad que me da alegría. Y mi memoria, que tenía aprisionados a mis recuerdos, cogió las riendas y puso en palabras los espejismos en rosa y amarillo que cuenta mi primera infancia.
Todo es verdad, o por lo menos es mi verdad, no tengo otra, pero sí tengo más, mucho más».
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Amparo Walls Hernández nació en el santacrucero Barrio de El Cabo el 1 de abril de 1914. Esta mujer ejemplar que escribía y tocaba el piano, logró trasmitir a sus descendientes la pasión por la cultura y el arte. Con una vocación tardía por la escritura, ya nonagenaria, decidió comenzar a redactar sus memorias y experiencias de la infancia y la juventud. De esa dedicación surgieron dos volúmenes, con los títulos Mariposas de papel y Fragmentos de la memoria. La muerte la sorprendió a los 97 años cuando ya tenía muy avanzada la redacción de su tercera entrega.
Sus escritos han sido muy celebrados por los amantes de la literatura de estética sencilla y hondamente humana, quizá porque muestran con clarividencia ejemplar el testimonio de una época del Santa Cruz de Tenerife ya pasado que nos incita a la nostalgia. Ambos libros deambulan por el recuerdo de la autora deteniéndose en algunas casas, calles y personas de los años veinte y treinta de nuestra ciudad, consiguiendo emocionarnos, a través de su gran ternura.